domingo, 12 de febrero de 2023

AQUIETAPÁJAROS

 

No es lo que crees, no son manos de paja ni cabeza de calabaza ni ojos ciegos ni pies de palo. Es mi disfraz, camuflaje para distraer pájaros y nubes. 

Incongruente, en un huerto simétrico, permanezco hundido en un sueño permanente, disimulando el ansia de andar descalzo en los terrones, sangrándome los pies con los cristales, o de sentarme al borde de la acequia y arrojar piedrecitas en el agua para ver cómo en círculos concéntricos se enarca en asombro como cejas de niño.

 No me temen las flores, no huyen los gorriones, ni espanto mariposas, los pájaros se agitan en mis brazos abiertos, se arremolina el aire en el sombrero, se agita la camisa, se infla como un globo de cuadros rojos y azules, y en mis piernas de madera transitan caracoles.

 Me ilusiona volar y con ojos vacuos miro sin mirar un cielo intenso de burbujas azules, sonrío sin dentadura mostrando el fondo oscuro de una garganta áspera con matices de cantos escondidos que dejan olvidados las aves que me habitan.
 

Un día, cualquier día, caeré bajo el influjo de un río de luna pálida, desapareceré en el viento, en el tiempo, en el paisaje, despertaré en la cima de una realidad oculta, caeré desde arriba, volaré sin sustento, me romperé en pedazos y en este corazón de paja y de madera, latirá la hondura de ser sólo recuerdo.


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