Me sobra un dolor.
Intenté colgarlo de una espina
por eso junté cardos
y olvidé las tijeras
me desgarré las manos
la tierra roturada se enajenó de sangre.
Crecerán amapolas en otoño.
Caminé por las piedras
mis plantas lastimadas transfirieron las huellas
enjuagué las heridas
en agua de la fuente.
Croarán ranas rojas en el estanque.
Desnuda, alucinada
bebí un cuarto de luna dejándola en menguante
rodé sobre el rastrojo
amanecí embriagada
boca abajo
aterida
con un río de sangre entre las piernas.
Ayer en mi tejado
construyó su nido una golondrina
roja.
Me sobra un dolor
pero ya no es rojo
sino azul.